En el artículo de hoy hablaremos sobre una de las cosas más complicadas. Si bien ya hablamos sobre
cómo escribir un final, hoy toca hablar del primer capítulo de tu novela. Puede que sea un camino de espinas para algunos, porque por más personajes y argumentos que tengas listos, a veces elegir las palabras correctas para empezar se vuelve un infierno. Además, ¿Cómo no vas a querer que sea perfecto si todos queremos impresionar a nuestros lectores?
Cómo escribir el primer capítulo
1- Déjate de rodeos y empieza con algo sorprendente, por lo tanto, un inicio lleno de vida hará que nuestros lectores necesiten saber qué está ocurriendo. Para empezar, nunca te dejes llevar por las rutinas típicas de cada persona, a todos nos aburren. Si por el contrario no te gusta esta idea, siempre puedes optar una una reflexión intrigante o un prólogo repleto de suspense.
2- Sintetiza la información. Ya sé que queremos hablar sobre nuestro personaje y todas las motivaciones que le han llevado hasta allí, pero tranquilo, no tienes prisa y el lector aún no tiene ganas de estar sobre informado. Deja que vaya descubriendo las cosas con calma, que necesite leer para quitarse esa intriga. Procura evitar esta saturación y sobre todo cuando la narración sea en primera persona porque el efecto será muy artificial.
3- No es necesario describir físicamente al personaje desde el minuto 1. Puede parecer igual que el anterior, aunque es parecido, merece la pena tenerlo por separado. A veces, simplemente no encaja describirlo, no te amargues por ello. Es más bonito ir desnudándolo durante la novela. Quedará mucho más natural y real que escribir una parrafada describiendo cómo es.
Bueno, está bien. No te puedes contener las ganas de describirlo, no hay problema. Puedes enumerar alguna cosa clave en él, como una cicatriz.
4- Sitúa al lector. Siempre debemos dejar claro desde un inicio dónde se encuentra el personaje, saber en qué época suceden los acontecimientos... De esta forma el lector podrá imaginarse mejor lo que está sucediendo.
5- Haz algún guiño sobre la personalidad del protagonista. Como antes, no hace falta que lo descubras todo, pero sí que dejes clara su personalidad superficial, sus valores más importantes o una idea/meta que le obsesione. Esto hará que los lectores se hagan una idea aproximada de cómo es y cómo actúa.
6- No te andes con rodeos. Que la lectura sea concisa, no hace falta adornarse. Así el lector podrá disfrutarla mejor. Intenta evitar los grandes párrafos y las frases enrevesadas, busca que no se convierta en un galimatías. Con ello no digo que descuides tu forma de escribir, sino que no compliques el texto en exceso.
7- El narrador. Ten en cuenta el perfil de tu protagonista a la hora de hablar y pensar. Por ejemplo, si se trata de un personaje femenino de doce años que vive en el presente, no fuerces que diga palabras demasiado pomposas y/o antiguas porque no quedará natural.
8- Cuida el género de tu novela. Deja claro qué tipo de novela van a leer tus lectores. Si es de magia, empieza con un suceso que tenga que ver. Tampoco olvides las ideas principales de la novela. Así evitarás posibles desilusiones en el futuro o incoherencias.
9- Ya acabamos con el mejor consejo posible, disfruta escribiendo. Olvídate de si el primer párrafo es esto o aquello, símplemente siéntete libre porque todos necesitamos leer tu novela, tienes talento, sólo debemos dejarlo salir. Además si al final no te gusta, siempre puedes corregirlo. Además, no temas a las críticas, al final siempre habrá alguien a quien no le guste, por más que te llames Carlos Ruiz Zafón o George R. R. Martin.
¿Qué te han parecido los consejos? ¿Los aplicas o aplicarás? ¿Tienes otros distintos? Compártelo con nosotros, seguro que entre todos lo hacemos mucho mejor.