martes, 22 de noviembre de 2016

¿Qué errores te delatan como novato?

En el artículo de hoy vamos a hablar sobre aquellos pequeños detalles que nos delatan como novatos, no es que sea algo malo, simplemente que no hemos nacido enseñados.

Como en cualquier actividad que empiezas, es normal que al escribir cometas fallos elementales y con el tiempo, igual que el resto de actividades, aprenderás y los corregirás.
1-      Exceso de adverbios acabados en -mente

Es muy sencillo abusar de ellos, hay demasiados y es muy cómodo, pero ¿sabes que más es? FEO. Está muy mal considerado porque delatan dos cosas de nosotros como escritores. Tenemos poca práctica en el dominio del lenguaje y sus normas y no somos cuidadosos al revisar el texto.
No significa que estén feos los adverbios, sino repetir de forma constante los típicos “obviamente, constantemente, realmente, simplemente…”

Revisa si te pasa a ti también, si ves que hay varios en cada párrafo o que pocos párrafos, seguro que puedes sustituir un obviamente por algo como de forma obvia.
Mientras estés con tu borrador, usa tantos como quieras. Al final ayudan a continuar la historia porque es lo más ágil, pero cuando estés con las correcciones, trata de cambiar tantos como te sea posible.

2-      Variar el tiempo de la narración

Me ha pasado mucho y seguro que más de uno también. De pronto llega la inspiración, empiezas a escribir, todo fluye, parece que tenga un gran sentido y acabas exhausto, pero feliz por el gran avance conseguido.

Más tarde te paras a leer lo que has escrito y… ¡Sorpresa! Hay distintos tiempos verbales, pasas del pasado al futuro, del presente al pasado o tus personajes van de un lado a otro cambiando sus conversaciones sin darte cuenta.
No hay de qué preocuparse, es algo muy habitual, lo importante es saber corregirlo cuando estás repasando el texto.

Por otro lado, también es habitual cambiar la persona del narrador, puede que empieces en tercera persona “Él iba al bosque” y acabes en primera “Yo talaba un árbol”. Cuando se dan esos casos suenan las alarmas, porque todos saben que es un claro indicio de que estamos ante un joven escritor o no tan joven, pero sí que empieza su recorrido.
3-      Obviar la causa-efecto

Suele ser complicado de detectar, porque suele pasar cuando de repente alguien soluciona un problema de forma milagrosa, sin dar mucho sentido a lo ocurrido. Si hay un efecto, necesitamos una causa.
Puedes hacer que tus personajes actúen por impulsos, pero asegúrate de dejar claro que los personajes se comportan así por un motivo que les hace ser así.

Como siempre decimos, nada puede suceder por azar, necesitamos un motivo.
Si prestas atención a estos detalles, seguro que tus textos ganarán muchísimo. Además de demostrar ese signo de profesionalidad, de conocer las reglas básicas del oficio, de no ser un novato en cuestiones narrativas.

A todos nos pasa, así que debemos seguir aprendiendo para evitarlos y solo así mejoraremos.

¿Qué te ha parecido? ¿Cometes los fallos o los has corregido ya? ¿Conoces otros fallos habituales? No dudes en comentarlo para que todos podamos mejorar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario