En el artículo de hoy veremos algo que todos los que hemos escrito una
novela alguna vez nos es familiar, la primera vez. Tal como suena, el momento
donde más errores se comenten, no porque seas malo, sino porque simplemente es
la primera vez y no has nacido enseñado, por eso hoy trataremos de intentar
evitar esos errores.
1-
No empieza la emoción
Algo habitual cuando empiezas a
escribir es que te cueste darle emoción, te recreas en que se levanta, se hace
el desayuno, se va a trabajar… Eso no interesa a nadie. Debemos darle al lector
algo que le impida dejar de leer.
Para mí, es el momento en que más
tiempo debemos invertir, si el inicio no es bueno, el resto nunca se sabrá
porque nadie llegará a esa parte. Eso sí, no basta con un primer párrafo
interesante y después nada, el segundo debe darle al lector expectativas para
continuar.
Después ya podrás bajar el ritmo
porque lo tendrás enganchado, pero mientras debes ser implacable con él. Los
lectores no son seres conformistas y solo tienen que ir a una librería o a la
biblioteca para encontrar millores de propuestas que le interesen. Haz de tu
historia la que quiera leer.
2-
No hay casualidades ni azar
Puede que en tu día a día se den
muchas coincidencias o casualidades, pero cuando estamos ante una novela, no
podemos dejar que eso suceda, nuestros lectores no son tan crédulos como crees.
Por lo tanto, eres el encargado de
conseguir que el lector crea en todo ese universo extraordinario que estás
creando.
Si existen coincidencias,
casualidades, cosas del azar o lo que sea, debe estar justificado, no le hagas
creer que es algo natural porque sí. Nunca colará.
Por lo tanto, si eres capaz de dar
vida a ese universo y consigues la inmersión del lector en él, serás capaz de
crear magia literaria, mientras lea sentirá que es real todo lo que se
describe.
3-
No abuses de los detalles
Este error, aunque te suene
familiar no es igual que el número 1, en este caso se refiere a que una vez lo
tienes viviendo aventuras, si te frenas contando demasiadas cosas acabará por
aburrirse, cada paso se volverá tedioso y no avanzará la historia.
Si le has llevado a tu mundo para
después permitir que se vaya, conseguirás algo peor que no engancharlo en un
principio y nunca podemos permitirnos algo así, estamos para hacer disfrutar no
para defraudar.
4-
No des demasiadas lecciones
Está muy bien que tengas cosas que
contar y siéntete libre para hacerlo, aunque si te emocionas dando discursos
sobre la vida o lo que sea que crees que los demás deben seguir, no conseguirás
nada.
Porque si intentas educar con tus
sermones al lector, lo que conseguirás será que se cierre en banda y se irá,
habrá descubierto la carta que ocultas bajo la manga y perderá todo el sentido.
5-
El bien y el mal
Suele ser un tema recurrente y no
es la primera vez que hablamos de ello, ya en Cómo escribir un libro diferente
comentamos este punto.
Es casi tan vital para que sea
fluido que representen esa naturalidad como la propia historia en sí. Con ese
equilibro podremos representar la simbología de la manera que queramos
expresarla.
No caigas en la tentación de darle
un solo defecto al héroe y una sola virtud al villano, deben tener pros y
contras. Además, consiguiendo ese realismo incluso nuestros lectores podrán
dudar de quien es el bueno y el malo, crearemos conflictos en ellos
inesperados.
6-
Hacerte el escritor
No sé en lo que estás pensando,
pero quítatelo de la cabeza, no va a resultar si escribes como debes y no como
quieres. En otras situaciones quizás puedas colocarte una máscara, pero aquí no
debes temer.
Cada libro conseguirá que te
desnudes un poco más y eso no es malo, no te avergüences de esas cosas, porque
solo así llegarás a dónde quieres.
No escribas bonito, escribe bien.
¿Cómo? Eso mismo, que debes transmitir lo que deseas transmitir en cada
momento, no hace falta adornarlo demasiado, debe entenderse.
Elige con cuidado cada aventura,
que suene bien no va reñido con crear una gran obra.
7-
Cuidado con el punto de vista
Este es un error demasiado
habitual, no sólo en escritores primerizos, sino a grandes autores les pasa,
incluso puedes encontrar libros con errores en la calle. ¿Cómo no te va a pasar
a ti?
Hay que tener mucho cuidado, la
vista en cada párrafo cuenta, si hablas desde el interior de un personaje, no
puedes salirte sin una premisa coherente y adentrarte en el otro.
Está bien, podríamos utilizar un
narrador omnisciente y en ese caso sabría lo que piensa cada uno en cada
instante, pero eso no favorece al lector porque necesita sentirse identificado
y tener una referencia.
Si vas a cambiar de vista, debes
poner al lector sobre aviso, que sepa que debe cambiar el chip. Si tenemos más
de un personaje principal deberemos ir cambiando en cada escena la vista,
siempre y cuando el narrador avise.
8-
¿Qué debe
contar el escritor?
Suele detectarse como un bloqueo,
llega un momento que el escritor no sabe si explicar algunas experiencias
reales, duda si el lector creerá que le ha ocurrido al escritor o si solo es
parte de la historia.
Por otro lado, tenemos ese miedo
habitual sobre el qué dirán de mí, tras cada frase e impedimos que se
desarrolle la historia con naturalidad. Es un grave problema, si lo tenemos en
cuenta jamás escribiremos nada.
Este caso, cuando es más habitual
es en las escenas de sexo. Normalmente el autor no se atreve a expresarlo con
naturalidad, cuando es un acto corriente, todos tenemos alguna vez sexo en
nuestra vida, por lo tanto no es algo que solo te pase a ti. Explícalo como
quieras, pero no te cohibas. Además el lector no quiere que escatimes en
detalles en ese momento.
Incluso diré más, en estas escenas
conflictivas, suele aparecer el señor eufemismo. ¿Por qué pene o vagina cuando
es una escena de sexo salvaje en la que los personajes sueltan toda clase de
improperios? Si es una polla es una polla.
Lo mismo que si dos personajes se pelean y uno es de otra raza, no le vas a
decir “señor de color distinto al mío”, lo llamarás negro o amarillo porque te
estás peleando y en ese momento de calentón no vas a pensar si le ofendes.
Estos son algunos de los errores
habituales, ahora a no cometerlos… o sí, da lo mismo, lo importante es escribir
con el alma y el corazón. Que nadie te impida triunfar.
¿Qué te han parecido estos consejos? ¿Crees que has cometido alguno de
ellos? ¿Añadirías algo más? No dejes de compartir tus comentarios y así todos
podamos aprender algo nuevo.
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